
Estaba viendo Jackass 2 cuando me he dado cuenta de que están como cabras. Me ha costado, lo sé, pero tengan encuenta que por muy inteligente que sea, sigo siendo un hamster. En fin, a lo que iba. Jackass 2 es una GRAN PELÍCULA. Sí, lo es. Es tan absurda -Johnny Knoxville se monta en un cohete rojo gigante-, rebasa tantas veces los límites de lo esperado -caballo, no diré nada más- y, lo más importante, es una película libre de prejuicios y mojigaterías. Cuatro ejemplos:
1- Uno de los protagonistas es un enano, Wee Man. Al enano le hacen putadas que sólo se le pueden hacer a un enano, por su tamaño. Y todos tan felices, incluído él. No meterse con alguien porque tiene una enfermedad es una memez, un cliché de los que no tienen relación con ninguna persona como Wee Man.
2- Preston Lacy es otro de los protas y está muy gordo. Increíblemente gordo. Le hacen lo mismo que a Wee Man: putadas que sólo se le pueden hacer a él. Por ejemplo, Wee Man se hace puenting y la cuerda que le sujeta está atada a Preston Lacy. Sólo un gordo puede hacer de sujección en ese caso, así que le toca. Y nadie, y menos él lo discute o se siente herido. Es de lógica.
3- Sale un tío (no me acuerdo del nombre) que es jugador de rugby de paralíticos. Va en silla de ruedas. Y se pone un cohete en la silla de ruedas para salir despedido por una rampa y caer a un lago. Oh, pobre señor paralítico, se está humillando, se ríe a sí mismo de su desgraciada condición. Igual el problema está en que, menos él, todo el mundo siente lástima porque está paralítico. Es una putada, nadie dice lo contrario, pero en vez de victimizarse se propulsa con un cohete por una rampa.
4- Una de las mejores escenas, si no la mejor, es una protagonizada por Ehren McGhehey. No voy a decir nada porque la arruinaría. El caso es que tiene algo que ver con terroristas islámicos. ¿Quién, a día de hoy, en EEUU hace bromas usando el terrorismo? Muy pocos. Desde el 11 de septiembre, el terrorismo se ha convertido en un tema tabú según con que actitud se trate. Al proteger al tema del terrorismo de las burlas se está protegiendo también a los terroristas, que deberían ser el blanco natural de cualquier humorista político. Pero no, dibujas a Mahoma con una bomba a la cintura y tienes que sentirte la peor persona del mundo porque estás ofendiendo a los musulmanes.
Soy de los que piensa que, al hacer comedia, vale todo. Todo depende de qué público tengas. Hacer bromas sobre, yo que sé, los accidentes de tráfico, no tiene nada de malo. Otra cosa es que le estés contando a un amigo tuyo un chiste sobre esto cuando ayer su hermano se mató con el coche. Entonces eres un capullo. El problema es que cuando el público al que estás dirigiéndote es muy grande -el público que tenían los que dibujaron a Mahoma lo era- hablas a todos, pero a nadie en concreto. Si los humoristas hubiesen tenido que tener en cuenta cada una de las desgracias personales de sus lectores para no herir su sensibilidad, ese día se habrían tomado el día libre. Con los colectivos pasa lo mismo. Hay que saber reírse de uno mismo y pasar de los insultos. Y si quieres responder a alguien que te ha llamado asesino, hacerlo así es irónico:
