domingo, noviembre 05, 2006

Estereotipos

Primero mirad esto y luego seguid leyendo.



Ja ja ja, muy gracioso, ¿no? Pues no, señores, ni puta gracia. ¿Por qué los roedores tenemos que ser siempre mongoloides, cobardes o desgraciados en las películas? ¿Es esa la impresión que os damos? Los roedores -algunos más que otros- tenemos estilo, inteligencia y habilidad sin parangón. Quizá, no lo negaré, seáis vosotros, humanos, el paradigma de ser racional, la cima de la evolución. Pero recordad que las medicinas que os protegen de enfermedades, os alivian el dolor y os producen erecciones fueron antes probadas en animales, en grandes animales como las ratas, los cerdos y los monos. Por algo será. En algo nos pareceremos al mejor de todos los animales, ¿no? Pues eso.
Entonces, ¿por qué perpetuar el estereotipo de animal bobalicón? Es una vagueza creativa y un escándalo moral, no hay excusas que valgan. Todo no vale cuando el objetivo es hacer reír.

Además, ¿por qué os cebáis con nosotros y no, por recurrir a uno de los animales antes citados, con los cerdos? Ahora mismo sólo recuerdo dos personajes porcinos de la cultura popular:
Babe, el cerdito valiente y Porky. Babe tenía un transtorno psicológico grave, pero representaba valores tradicionalmente positivos. Porky era tartamudo, pero buen tipo, qué caray.
Sin embargo, ¿qué tenemos los roedores? Esta puta rata que se juega la vida por una mierda de bellota. O cientos, da igual. El Ratoncito Pérez, un fetichista de los dientes que tontea con niños para conseguir su ansiada mercancía. No quiero saber qué se supone que hace luego con los dientes. Hacerse unas bolas chinas de marfil, por ejemplo. No me hagan hablar de Chip y Chop, por favor.

Una luz de esperanza brilla no obstante entre tantos nubarrones. No queda mucho para que estrenen
una película protagonizada por ratones. Es poco probable que, siendo todos los personajes de la película ratones, sean todos subnormales. No funcionaría bien en taquilla. Así que, por lo menos, no veré a los míos rebajados a la altura intelectual de estudiantes de Magisterio Musical (Ver también: Educación Infantil. Ver también: Comunicación Audiovisual). Pero tiempo al tiempo.

6 comentarios:

Daguerrotipo dijo...

Son ciertos los casos que usted menciona. Sin embargo, ahí están grandes roedores como el ratón de "Un ratoncito duro de roer" o Jerry, de "Tom & Jerry". ¿No cree usted?

(Me ha encantado, Pablo)

Happy Chanchito dijo...

Estimado Daguerrotipo: tiene usted toda la razón con el caso de "Un ratoncito duro de roer", pero no en el de "Tom & Jerry". Haré un símil. ¿A quién le cae bien el correcaminos? ¿Quién no ha deseado nunca que el coyote le atrapase y le sacase las entrañas? Lo mismo pasa con Tom & Jerry.

Daguerrotipo dijo...

Comprendo lo que dice, pero no me negará usted que en el caso de "Tom & Jerry" el que queda en mal lugar es el gato. Es decir, se eleva a la figura del ratón hasta un punto en que nada tiene que envidiar a un ser humano.
En cualquier caso, sé a qué se refiere.

Lola y María dijo...

y estuart little q?? ee??? q???

maria!

Daguerrotipo dijo...

¡Por favor María! Stuart Little es como para matarlo con la punta de un paraguas. Es un ratón patético que, encima, tiene la voz de Emilio Aragón.

Happy Chanchito dijo...

No me toquen a Don Emilio Aragón, hagan el favor.