Los buenos críticos, los verdaramente buenos, son viejos. No son jóvenes al menos. Os diré el porqué.
Pongamos el cine como ejemplo. Para ser buen crítico de cine, para analizar bien una película, hay que saber de cine. Para saber de cine, hay que ver o hacer cine. Ambas mejor. Los críticos, en principio, no hacen cine. Por tanto, para saber mucho de cine hay que ver mucho cine. Mucho. Es una dificultad pequeña en relación a la que se enfrentan los críticos de otras artes: el cine tiene 100 años de vida; la pintura, miles. Si quieres ser buen crítico de cine y rondas los 30 tienes que haber invertido un porcentaje importante de tu tiempo viendo películas. A razón de dos o tres pelis al día, en un año verías alrededor de mil títulos. Un buen crítico ha visto bastantes más. Para ver 2000 pelis, viendo una al día necesitarías 5 años y medio. ¿Quién ve una peli todos los días durante 5 años y medio? La gente que no tiene vida. Como los que juegan al World of Warcraft. Si eres viejo, puedes bajar la tasa de pelis/año y acabar viendo las mismas en más tiempo. Así que si eres un crítico viejo, has tenido más tiempo para dedicarlo a otras cosas. Para hacer lo que no hacen los que juegan al World of Warcraft.
Es obvio que alguien que se pasa tanto tiempo viendo pelis se ha privado de muchas cosas. Por lo menos de algunas importantes. Y es obvio que alguien que nunca se ha enamorado, que nunca se ha emborrachado, que nunca se ha peleado, que no viaja, que come siempre lo mismo, que no sale de la ciudad, alguien que no ha hecho ese tipo de cosas tiene un campo de visión o de interpretación muy limitado. Alguien que no ha estado en Los Ángeles no puede ver Chinatown y decir que "capta perfectamente la esencia de la ciudad". Por ejemplo. Y hacer ese tipo de cosas y ver una peli TODOS los días es incompatible.
Por eso los que juegan al World of Warcraft nunca serán grandes críticos.
domingo, noviembre 12, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario