Me estoy quedando blanco. No en blanco. Blanco. Mi pelo, que normalmente es gris metálico se está volviendo blanco lechoso. Más concretamente, del color de la leche desnatada, con los mismos rebordes oscuros (símbolo inequívoco de que ha sufrido un proceso químico agresivo). ¿Acaso me estoy muriendo? ¿Acabo de cumplir 6 meses y ya me quieres arrancar de este mundo, eh Dios? Pienso pelear por mi vida, cabronazo. No eres el primero que lo intenta y no serás el último. Detrás mío, de la cloaca de mi madre salieron otras 6 criaturas pegajosas y rosadas. Ser el que primero abrió los ojos facilitó mi labor de acabar con sus vidas. Porque madre sólo hay una y sus pezones son limitados. Además, ¿habéis mamado alguna vez de un pezón usado? Es como comerse un chicle ya masticado, beberse el culo del cubata de un desconocido o usar el tenedor que el amigo halitósico de tu hermano uso para comer pescado... anteayer. Con tropezones y sin lavar.
Que no os engañe mi imagen sofisticada y cosmopolita, soy un hamster de mundo. Sé lo que es un buen vino, pero también sé lo que es la peor de las mierdas. Literalmente. Al mes de nacer -y poco antes de que mi incompetente dueño se me llevase- mi padre tuvo el peor ataque de diarrea que se haya visto sobre la faz de la tierra. El término "escopeta de chocolate" se creó para definir sus expulsiones. Y os recuerdo que los hamsters dormirmos donde cagamos.
Por eso, maricón, no voy a dejarme matar con un ataque de halopecia o despigmentación. Yo moriré como mueren los héroes: abatido por la policía en pleno ejercicio de mis derechos ciudadanos. Y al mismo tiempo follando. La combinación, un tanto extraña, limita mis opciones a llevarme a la mujer de algún policía a la cama. Pero nadie dijo que ser un héroe fuese fácil.
Joder qué tarde es.
lunes, noviembre 06, 2006
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2 comentarios:
Señor hámster: USTED ES MUY GRANDE. Rezaré por su salud.
joder, no quepo en mi asombro, lo peor de todo es la escopeta de xokolate o eso.
ag
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