lunes, diciembre 25, 2006

Breve historia de mi vida. Capítulo 2.

Hace un par de semanas dejé colgada la historia de mi vida. Como estamos en Navidad y es una época para pasarla con la familia, contar historias y reír todos juntos al calor de una chimenea, os voy a contar como maté a mis otros dos hermanos. Sí, acabo de contaros el final, pero como en todo relato histórico-biográfico, lo importante no es el desenlace -que todo el mundo conoce- sino el proceso por el cual se llega a ese desenlace. Vamos allá.

Capítulo 2. El precio del poder. Parte 2.

El día siguiente de acabar con Enclenque y Corpulento lo dediqué a descansar y reunir energías para lo que me esperaba al día siguiente. El plan conspiratorio, en conjunto, lo había diseñado una semana antes y, tan pronto como decidí como acabar con mis hermanos, me puse a entrenar. ¿Por qué?, os preguntaréis. Para matar a Enclenque no me hizo falta mucha fuerza, sino falta de escrúpulos. Lo de Corpulento fue cosa fácil. Pero Chip y Chop (mis dos hermanos con vida) eran un caso distinto. Pasaban todo el día juntos, correteando por la jaula, peleando por los mejores granos de maíz o haciendo competiciones de escalada. Mi intención era utilizar ese permanente contacto físico a mi favor y simular una pelea de consecuencias fatales entre los dos. Una pelea por un grano de maíz que se les fue de las manos. Ninguno de los dos era tan fuerte como Corpulento, incluso eran más delgados que yo. Pero eran dos, así que el entrenamiento era necesario.
Chip y Chop solían dormirse bastante pronto, sobre las 8 de la mañana, pero siempre se levantaban un par de horas después para subir al piso de arriba y comerse los malditos granos de maíz. Aquella mañana no iban a comer maíz. Ni un mordisco. Les esperé arriba, justo delante del comedero. Por un momento pensé que no iban a despertarse, pero algo después de las diez y media empecé a oir sus irritantes pasos al salir de la caseta. El primero en llegar al piso de arriba fue Chip, que se quedó paralizado al verme. Supongo que pensaban que nadie se daba cuenta de que se despertaban por la mañana para robar los maíces. Se echó a un lado, empujado por Chop que seguía subiendo. Chip giró la cabeza para mirar a su querido hermanito y yo aproveché ese despiste para lanzarme sobre el y tirarle al piso de abajo. Chop terminó de subir al piso de arriba y fue recibido con un mordisco en el ojo. Si creéis que degollar a tu hermano con los dientes es desagradable deberíais probar a reventarle el ojo de un mordisco. Empezó a gritar. Temí que mi madre se despertara así que le cerré la boca con las manos (o lo que quiera que tengamos los hamsters). Al principio, de su ojo salía un líquido blanquecino flotando en sangre, como mayonesa echada sobre ketchup, pero enseguida empezó a salir solamente sangre.
Apareció Chip, hecho una furia, por la escalera y saltó sobre mí. Me apartó de Chop de un empujón, lanzándome contra el comedero. Chop salió disparado dando vueltas, gritando y poniéndolo todo perdido de sangre. Mi madre se iba a despertar y a mi me estaban estrangulando. Esto estaba saliendo mal, muy mal. Chip me estaba matando. Mis ojos se echaban hacia atrás. Yo me quedaba sin aire. Alargué los brazos. Semillas. Había semillas por todas partes. Agarré una, la primera que pude, y le golpeé a Chip con ella. Quise darle en el ojo, pero vio venir el golpe y consiguió esquivarlo. Chop cayó al piso de abajo, medio ciego y retorciéndose de dolor. Volví a lanzarle un golpe a Chip, que volvió a echar la cabeza hacia atrás. Me soltó. Volvía a respirar. Mis ojos se pusieron otra vez al frente. Me incorporé y miré a Chip, que estaba tirado en el suelo con una semilla atravesada en la mejilla. Cogí un grano de maíz y me puse encima de mi hermano. Con ambas manos sujetando el cereal, le asesté un golpe tras otro en la cara. No le hacía nada. Los golpes sonaban secos y Chip soltaba penosos quejidos ahogados. Al quinto o sexto golpe empezó a sangrarle la nariz. Pero nada más. Le di con todas mis fuerzas. Una vez. Otra. Otra. Yo seguía levantando las manos y bajándolas con energía. Volver a levantarlas. Bajarlas. Volver a lev... Mis manos estaban vacías. El grano de maíz estaba incrustado en el cráneo de mi hermano, que por fin había muerto. Bajé aliviado al piso de abajo. Chop estaba tirado boca arriba sobre un enorme charco de sangre. Me sorprendí a mi mismo de la cantidad de sangre que tenemos en los ojos. Para que el plan funcionase tenía que subir a Chop al piso de arriba, así que lo agarré por una pata y lo arrastré hacia las escaleras.
Creé una escena perfecta. Chip tirado en el suelo con un grano de maíz incrustado en la cara y Chop un poco separado, con un rastro de sangre que daba vueltas por todo el piso. Chip había herido de muerte a Chop en el ojo y éste le había golpeado con el maíz por el que había empezado la discusión mientras se desengraba poco a poco. Todo resuelto. Bajé a la caseta y me acurruqué junto a mi madre. Aquel día dormí como nunca. Al día siguiente mi vida podía cambiar para siempre.

domingo, diciembre 17, 2006

Prejuicios


Estaba viendo Jackass 2 cuando me he dado cuenta de que están como cabras. Me ha costado, lo sé, pero tengan encuenta que por muy inteligente que sea, sigo siendo un hamster. En fin, a lo que iba. Jackass 2 es una GRAN PELÍCULA. Sí, lo es. Es tan absurda -Johnny Knoxville se monta en un cohete rojo gigante-, rebasa tantas veces los límites de lo esperado -caballo, no diré nada más- y, lo más importante, es una película libre de prejuicios y mojigaterías. Cuatro ejemplos:

1- Uno de los protagonistas es un enano, Wee Man. Al enano le hacen putadas que sólo se le pueden hacer a un enano, por su tamaño. Y todos tan felices, incluído él. No meterse con alguien porque tiene una enfermedad es una memez, un cliché de los que no tienen relación con ninguna persona como Wee Man.

2- Preston Lacy es otro de los protas y está muy gordo. Increíblemente gordo. Le hacen lo mismo que a Wee Man: putadas que sólo se le pueden hacer a él. Por ejemplo, Wee Man se hace puenting y la cuerda que le sujeta está atada a Preston Lacy. Sólo un gordo puede hacer de sujección en ese caso, así que le toca. Y nadie, y menos él lo discute o se siente herido. Es de lógica.

3- Sale un tío (no me acuerdo del nombre) que es jugador de rugby de paralíticos. Va en silla de ruedas. Y se pone un cohete en la silla de ruedas para salir despedido por una rampa y caer a un lago. Oh, pobre señor paralítico, se está humillando, se ríe a sí mismo de su desgraciada condición. Igual el problema está en que, menos él, todo el mundo siente lástima porque está paralítico. Es una putada, nadie dice lo contrario, pero en vez de victimizarse se propulsa con un cohete por una rampa.

4- Una de las mejores escenas, si no la mejor, es una protagonizada por Ehren McGhehey. No voy a decir nada porque la arruinaría. El caso es que tiene algo que ver con terroristas islámicos. ¿Quién, a día de hoy, en EEUU hace bromas usando el terrorismo? Muy pocos. Desde el 11 de septiembre, el terrorismo se ha convertido en un tema tabú según con que actitud se trate. Al proteger al tema del terrorismo de las burlas se está protegiendo también a los terroristas, que deberían ser el blanco natural de cualquier humorista político. Pero no, dibujas a Mahoma con una bomba a la cintura y tienes que sentirte la peor persona del mundo porque estás ofendiendo a los musulmanes.


Soy de los que piensa que, al hacer comedia, vale todo. Todo depende de qué público tengas. Hacer bromas sobre, yo que sé, los accidentes de tráfico, no tiene nada de malo. Otra cosa es que le estés contando a un amigo tuyo un chiste sobre esto cuando ayer su hermano se mató con el coche. Entonces eres un capullo. El problema es que cuando el público al que estás dirigiéndote es muy grande -el público que tenían los que dibujaron a Mahoma lo era- hablas a todos, pero a nadie en concreto. Si los humoristas hubiesen tenido que tener en cuenta cada una de las desgracias personales de sus lectores para no herir su sensibilidad, ese día se habrían tomado el día libre. Con los colectivos pasa lo mismo. Hay que saber reírse de uno mismo y pasar de los insultos. Y si quieres responder a alguien que te ha llamado asesino, hacerlo así es irónico:

viernes, diciembre 15, 2006

Homenajes

Veamos una de las mejores peleas del cine reciente. Brad Pitt haciendo de boxeador gitano y un desconocido grandullón. Ya la conocen: Snatch.



Perfecta. Increíblemente bien filmada, un ritmo acojonante, canción perfecta que encaja de forma perfecta... Nadie encaja los puñetazos como Brad Pitt. A esta escena y a cualquiera de El Club de la Lucha me remito. En fin, que la escena mola. Le gusta a mucha gente. Algunas personas incluso recrean la escena con sus amigos y la graban en vídeo. Homenajes domésticos, con medios domésticos y gusto doméstico. Homenajes que dan asco.



Ya lo han visto, señores. La gente debería pararse a pensar antes de colgar una cosa así en Internet. Y más si entre los tags de búsqueda pones Snatch, fighting, music. Te va a ver mucha gente, capullo. Y estás haciendo el ridículo. No porque lo que hagas es ridículo, sino porque intentas hacerlo bien y te sale esta puta mierda. Esa es la razón, en parte, por la que cuando grabas cosas para poner en Internet suelen ser chorradas. Porque a todo el mundo se le perdona hacer algo cutre si es chorra. Pero si se nota que lo has intentado hacer bien, no en serio, pero bien... pues no. Das asco y mereces morir. He dicho.

miércoles, diciembre 13, 2006

Apocalipsis

Dios, si existes, escúchame. Por favor, haz algo. Arrasa la Tierra. Envía mil plagas. Haz que el suelo arda en llamas y luego inúndalo todo. Un meteorito, un volcán, algo, joder. Pero ya. La humanidad ha tocado fondo, y está escavando. ¿Qué otra alternativa queda cuando ellos, tu creación, hacen cosas como esta?

Hay que eliminar a los seres humanos de la faz de la Tierra. La han corrompido con mierda de este calibre. Han insultado la esencia misma de la estética. Qué digo insultado. La han cogido, atado a un poste al rojo vivo, abierto de piernas, desgarrado por la entrepierna con una sierra oxidada y la han violado, todos a una, con sus pollas chorreantes de pus.
Esta civilización hace tiempo que perdió la consciencia. Lleva años, décadas vagando a ciegas como un borracho apaleado. Se vomita encima, se tambalea y da traspiés. Le duelen las costillas, le cuesta respirar y tiene los ojos hinchados de sangre. Pero no caerá. Milagrosamente se tiene en pie. Así que ayuda un poco, da un empujoncito. Y que se vaya todo a tomar por culo. Nadie merece ser salvado.

¿O sí? ¿Habrá alguien en algún lugar de este mundo que haya hecho méritos para seguir viviendo? ¿Qué me dicen de los que han creado este anuncio?


El mejor anuncio de la historia a años luz del siguiente. Así que las personas también son capaces de hacer cosas decentes. ¿Una cosa compensa la otra? ¿El holocausto judío se olvida porque existió Wagner? ¿La Inquisición se les perdona porque se hizo la Capilla Sixtina? Como siempre, no voy a dar mi opinión, pero plantearé la pregunta:

Teniendo en cuenta la cantidad de barbaridades que se ha hecho a lo largo de la Historia, a si misma y al planeta en conjunto, ¿la Humanidad es digna de alguna esperanza? Un tema ligero, señores.

domingo, diciembre 10, 2006

Retórica

Según la Wikipedia la retórica es la "técnica y arte de hablar bien". Algo muy valioso en los políticos. Y sin embargo, en este vídeo hay unos cuantos ejemplos de políticos que se hacen la picha un lío con lo que dicen.

Mi preferida es la de Sofía Mazagatos. El Informal, qué gran programa. Otra cosa:


Esto hoy en día no lo pondrían a la misma hora que ponían El Informal, creo yo. Qué asco da la tele... Acabo de enterarme de que se ha muerto Pinochet, con 91 años de una descompensación. Descompensación, no descomposición. Yo también lo he leído mal la primera vez. Descompensación cardíaca. Que supongo que será algo así como que el corazón le pego un chispazo. Y de edema pulmonar. Eso es fácil saber lo que es. Bendita Wikipedia. Por cierto, ¿se nota mucho que no se de qué hostias hablar? A que no. Bla bla bla bla. No creo que importe. Si estás leyendo esto es porque ya no te queda nada más que ver en Internet. Así que como estoy hablando a una grada vacía, voy a poner lo que me salga. ¡Enlaces inesperados!

Una página para los más pequeños de la casa.

Ahora que se acerca Navidad, la página oficial de Santa Claus.

La receta ideal para un delicioso pastel de carne.

Esto debería ser suficiente para que se os quitaran, luego volviesen y al final se os volvieran a quitar las ganas de entrar a este blog. Que conste que he sido benévolo y no he linkado directamente a ninguna foto asquerosa. Así que no so quejéis tanto. Quejicas. Me aburro. Me aburro mucho. Así que voy a escribir esta frase. Otra. ¿Ya? No, todavía no. Espera unos segundos más. A ver... Sí, creo que ya. Sí, ya. Suficiente.

Raritos

Imaginad al tío que ha puesto este vídeo en Youtube. Alguien, seguramente el padre del niño, grabó como éste daba saltitos en su taca-taca. O lo que sea eso. Después pasó ese vídeo al ordenador y lo colgó en Youtube. ¿Por qué? ¿Quién ve estas cosas en Internet? Gente muriendo, accidentes de coche, aparatosas caídas por acantilados, golazos en propia puerta, porno. Eso es lo que ve la gente normal. Bebés saltando en taca-tacas sólo lo ven los raritos. No os paséis de listos, yo he encontrado este vídeo por pura casualidad. Hay gente que los busca. Hay gente que entra en Youtube y pone "bebé saltando en taca-taca". Y le da a buscar. Esa gente es rara. Son raritos.

Los raritos son esas personas que acuden a las charlas pseudofilosóficas que se anuncian con carteles con colores y sombras extrañas por la calle y que se llaman "Los tres niveles del ser: Consciente, Subconsciente y Yo-metafísico. Las ranas peludas de Kuala Lumpur". O algo así. Ir a una charla de esas como curiosidad sociológica tiene su cosa, pero ir como individuo, como civil, como persona que se interesa por algo en su tiempo libre, te convierte en un rarito. Los raritos son los que diseñan los catálogos de las ofertas semanales del Lidl. Los raritos son los que escriben a un periódico quejándose del trato despectivo que un artículo sobre la pesca de la anchoa ha tenido para con los piscífilos.

Los raritos son los que leen blogs escritos por hamsters.

Breve historia de mi vida. Capítulo 2.

En el primer capítulo de "Breve historia de mi vida" conté cómo fueron mis primeros días de vida en la trastienda de Unicornio Azul, la tienda de mascotas donde me crié y fui comprado. La historia concluía de la siguiente forma: entre la recién descubierta posibilidad de escapar de aquella sucia trastienda y morir de asco sólo se interponían mis cinco hermanos -recordad que uno se había suicidado-.
Capítulo 2. El precio del poder. Parte 1.
Tal y como yo veía las cosas, mis hermanos eran competidores directos para conseguir un sitio en ese "otro lugar". Ahora, con perspectiva, creo que fue el instinto asesino lo que guió mis actos y no un juicio racional. ¿Por qué iban a criar a 6 hamsters en una tienda de animales y poner a la venta sólo a uno o dos? No me malinterpretéis, ahora veo que lo que hice no era necesario desde un punto de vista práctico, pero eso no significa que mis hermanos no merecieran morir ni que yo me arrepienta de ello. Que no se os olvide quién escribe esto.
Trazar el plan fue más difícil que ejecutarlo. A mi madre la iba a dejar vivir, porque consideraba que para ellos, los de la tienda, no era más que una máquina de hacer hamsters y por tanto no tenía sentido venderla. Cinco hermanos, cinco objetivos. Tenía que lidiar con una cuestión importante: si los de la tienda se daban cuenta de que habían muerto asesinados por mí, podían no ponerme a la venta por ser agresivo o tener la rabia o alguna otra estúpida razón. Así que tenían que ser asesinatos bien calculados. Que pareciesen accidentes. Cosa Nostra style.
Para mi primera acción criminal elegí como víctimas a mi hermano más corpulento y al más enclenque. El plan era fácil: matar a uno y hacer que todo apuntase a que había sido el otro el asesino. Lógicamente, la víctima sería el enclenque y el asesino el corpulento. Manos a la obra. Una mañana, mientras todos dormían, me acerqué a Enclenque (mis hermanos no tenían nombre), que solía dormir solo en un rincón húmedo. Sí, era rarito. Creo que gay. Tenía pensado degollarle, para que hubiese mucha sangre y poder manchar con ella a Corpulento. El problema es que en las jaulas de hamster no suele haber muchos objetos cortantes o punzantes, por lo que rebanar un cuello puede ser... aparatoso. Tuve que hacerlo con los dientes. Al primer bocado, se despertó y empezó a chillar. Al segundo ya no chillaba, pero la sangre que se le empezaba a encharcar en la garganta burbujeaba y producía un sonido desagradable. Como usar un desatascador en una palangana llena de cartón mojado, por ejemplo. Al tercero dejó de respirar. Mierda, estaba todo lleno de sangre. Algo que no había pensado era cómo manchar a Corpulento de sangre. La idea era que se despertase manchado, lo que limitaba mis opciones. Si él no podía ir a la sangre, la sangre iría a él.
Los hamsters tenemos unas bolsas dentro de la boca que se llaman abazones y que sirven para transportar comida. Comida o sangre de tu hermano al que acabas de degollar, lo mismo da. Así que me tragué toda la sangre que pude y bajé a la caseta donde dormían Corpulento, mi madre y mis otros 3 hermanos. Para no despertarle, dejé caer con delicadeza un chorrito de sangre -que se estaba empezando a coagular- por su cabeza. Luego me lavé en el bebedero y me fui a dormir.
Cuando me desperté, ya entrada la noche, Enclenque y Corpulento no estaban, así que supuse que el plan había funcionado. Dos menos. Quedaban otros dos. Pero esto ya es demasiado largo, así que seguiré otro día.

viernes, diciembre 01, 2006

Cursi

Hay una estrecha línea que separa lo bonito de lo empalagoso, lo hermoso de lo ñoño. Dónde esté y cuán bien definida esté es algo personal. Pero además varía en función del estado anímico en que te encuentres. Suele pasar -y si no os ha pasado, que os joda un mastodonte- que oh, estás enamorado, y todas las canciones que escuchas son arrebatadoramente románticas. Entiendes ,sientes, esas canciones. Al día siguiente odias el mundo, odias la vida y, especialmente, odias a Pipi (no pidan explicaciones). Esas canciones son basura infecta, pus que sale a borbotones de los altavoces del ordenador. Mierda, eso es lo que es. No me malinterpreten, pasa con el amor y con mil cosas más. De la misma forma, -esto seguro que os ha pasado porque sé a ciencia cierta que los que leéis esto sois una horda de frikis- que a veces ves una peli y no te gusta pero, la vuelves a ver al cabo de un tiempo y, caramba, la peli está bien. Sí, soy un hamster, pero un hamster que ha visto mundo.
Así que la línea, en una misma persona, puede moverse, difuminarse, echar raíces o directamente no existir. Pero bueno, aún así, hay personas más cursis que otras y que siempre están dando por culo llamando a los demás insensibles y cosas así (ejem). Hablando de dar por culo, aquí tenéis un videoclip de Sigur Ros en el que dos niños un poco julandrones se quieren mucho y tal y cual. La canción se llama "Vidrar Vel Til Loftarasa", que no tengo ni zorra de lo que significa porque yo el islandés como que no.



Mi opinión sobre a qué lado de la línea caería el vídeo me la voy a reservar. Sólo diré que me encanta la fotografía. Pero la fotografía dónde entra, ¿en el apartado técnico o en el artístico? Donde os salga, que esto ya son más de quince líneas.

jueves, noviembre 30, 2006

Fantasmas

Tres chavales portugueses iban en coche por una carretera de noche. Había algo de niebla y no se veía muy bien. Ven a una chica haciendo auto-stop. Se paran y la recogen. Uno de ellos llevaba una cámara y lo grabó. He aquí el vídeo, en portugués con subtítulos en castellano.

De los tres, sobrevivió uno.
Evidentemente, el vídeo es más falso que falso. Si te lo has creído eres tonto. Si has tenido miedo eres tonto. Si te has excitado al ver a la tía eres... normal.
Estos chavales han cogido la historia (leyenda urbana, como se dice ahora) de la tía que murió en un accidente de coche y que hacía auto-stop y la han grabado, con pocos medios y metiendo antes un coñazo insufrible de imágenes en las que no pasa nada. Una especie de El Proyecto de la Bruja de Blair, pero en versión corta y portuguesa. Y ni siquiera han añadido unos robots asesinos. Cualquier historia gana si le añades robots asesinos. Mirad la historia de Herodes, que manda buscar y matar al niño Jesús. Terminator es lo mismo, pero con robots asesinos. ¿Qué historia mola más? Pues eso.
Puestos a hacer un vídeo de estos de mentira, hay que currárselo un poco más. Por ejemplo:

miércoles, noviembre 29, 2006

Breve historia de mi vida. Capítulo 1.

Hoy me apetece escribir. Mucho. Más de quince líneas, no sé por qué. Así que voy a dedicar este post, y uno o dos más de aquí en adelante, a contaros la historia de mi vida. La breve historia de mi vida.

Capítulo 1. El mundo está seco y borroso.

De repente tuve mucho frío. No un frío punzante como el que se siente en las manos cuando te pasas toda la tarde tirando bolas de nieve sin guantes. Aquel frío fue como un mazazo. Estás en el sofá y alguien abre la ventana del salón en pleno enero. El aire helado llega y se mete debajo de la manta contigo. Ese tipo de frío, sólo que sin manta, ni sofá, ni mes de enero. Era abril de 2006. En abril no hace frío, frío propiamente dicho. Y menos en una tienda de animales, un espacio cerrado lleno de bichos de sangre caliente e iguanas que algún día serán compradas por sabe Dios qué tipo de friki. Si tuve frío debió ser por contraste. Y de ahí se deduce inequívocamente que me acababan de parir. Esto lo sé ahora, porque por aquel entonces no estaba en situación de ponerme a sacar conclusiones. Me moría de frío y no podía respirar. Lo que estoy haciendo ahora es como deducir lo que pasó cuando se creó el Universo, el Big Bang de mi vida.
Cuando tienes 6 hermanos tu madre no te presta toda la atención que desearías recibir. Así que si te estás pudriendo cubierto de moco rosa, si no tienes pelo para abrigarte y si no puedes ver ni tus propios huevos, mala suerte. Búscate la vida.
Por suerte mi madre tenía un grave problema de obesidad, así que mis hermanos y yo podíamos refugiarnos entre sus lorzas mantecosas. Sin embargo, la confortable gordura de mi madre tenía inconvenientes. Encontrar un pezón entre una masa de pelos y michelines no es tarea fácil para un hamster neonato. Ya comenté en un post anterior que mí padre sufría ataques violentos de diarrea. La mierda salía disparada con una potencia inimaginable en un hamster, por muy grande que fuera éste, y mi padre lo era. Al cabo de dos o tres días empecé a plantearme seriamente la opción del suicidio. La peste en aquella jaula asquerosa era insoportable, estaba harto de tragarme una bola de pelos cada vez que mamaba de las tetas obesas de mi madre y no había absolutamente nada que hacer allí encerrado. Uno de mis hermanos tomó la decisión más inteligente y, al ver a mi padre hacer esfuerzos, se colocó detrás de él, en la mismísima trayectoria de los proyectiles de mierda semilíquida. Aunque hubiese sobrevivido al impacto -era obvio que no: le explotó la cabeza- habría muerto al poco tiempo por algún tipo de infección masiva.
El cadáver decapitado de mi hermanito estuvo con nosotros dos días, creo recordar. Después alguien de la tienda se dignó a limpiar la jaula. Supongo que el mismo que limpió nuestra jaula se llevó a mi padre, porque no le volví a ver desde aquel día. Utilizo el verbo ver con poco rigor, porque ver, lo que es ver, yo no veía una puta mierda. Seguía ciego, aunque ya había empezado a experimentar los primeros cambios propios de preadolescencia: me salieron los primeros dientes, empecé a cubrirme de pelo y me crecieron unas diminutas garras. El caso es que a mi padre se lo llevaron, no sé si para ajusticiarlo -razones les sobraban- o para llevarlo a algún otro lugar. Entonces me di cuenta. Si por alguna incomprensible razón a mi padre no lo habían matado, es que existía otro lugar al que ir. Esa jaula no era el comienzo ni el fin del mundo. Había algo más allá de la trastienda de aquella infecta tienda de mascotas. Aunque no tuviera la certeza de que, en efecto, existiese algo mejor que mi mierda de jaula no tenía nada que perder. Así que me lo jugué todo a una carta y me dediqué a luchar por salir de aquel ponzoñoso agujero. Si estáis leyendo esto es porque lo logré. Pero cómo lo logré, queridos amigos, es otra historia.

domingo, noviembre 26, 2006

Testimonios

No me gusta La Hora Chanante, pero hay que reconocer que los Testimonios, algunos por lo menos, son cojonudos. Por ejemplo:


En Filipinas tó lo que hay son rebozaos. Grande. Muy grande. Más:


Y otro de postre. Esto, ¡atrezao!


Undone

Robbie Williams - "Come Undone"

Mi videoclip preferido. Quizá os resulte extraño que alguien de tan alto nivel intelectual y tan refinado gusto tenga un vídeo de Robbie Williams en el primer puesto de su lista de preferidos. No me importa.
El vídeo está censurado en EEUU, lo que siempre es una buena señal. No sé qué les pasa en ese país, están todos enfermos.

Enfermo

Mis peores temores se confirman. Me muero. Lenta y dolorosamente. Antes solamente me estaba quedando blanco, pero ahora además me estoy pudriendo. Me ha salido un bulto, una especie de grano marrón, junto al ojo izquierdo. Mi opinión es que se trata de un tumor, con toda seguridad maligno. Soy gafe, señores. No sé cuánto tiempo tarda el tumor de un hamster en hacerse mortal, pero si nuestro metabolismo es mucho más rápido que el vuestro, supongo que para las enfermedades será lo mismo. O no.
Por si acaso estos resultan ser los últimos posts de mi vida, voy a dedicarme a abriros mi alma, a contaros mis mas profundos secretos y publicar algunas de mis famosas recetas de comida turca.

domingo, noviembre 19, 2006

Odio

Yo habia escrito un post sobre el asco que me dan los viejos, pero por una de las innumerables cagadas que pueden tener lugar en Internet, se ha borrado todo. Los dioses conspiran en mi contra. No voy a volver a escribirlo, seria muy aburrido. En lugar de eso voy a dedicar estos 20 minutos de "Fast wireless connection" por el modico -abusivo- precio de 80p a cagarme en la puta madre que pario el mundo. Lo odio todo, cada insignificante muestra de vida deberia desaparecer de la tierra despues de soportar el peor de todos los dolores imaginables. Cada perrito abandonado en la carretera deberia ser atado por los huevos al parachoques de un Hummer altamente contaminante y ser arrastrado por el asfalto ardiente de algun pais desertico. Todos los bebes que se rien cuando sus padres les hacen ruiditos mientras les graban en video deberian ser empalados, abiertos en canal y dados de comer a los cuervos mientras se les mantiene con vida de forma artificial. Cada uno de los miles de gatitos recien nacidos del mundo tendrian que yacer pegados boca arriba en un suelo pegajoso mientras ven impotentes como un luchador de sumo con botas de punta de acero va aplastandolos uno a uno. Lentamente. La presion arterial aumenta. Las visceras se aprietan contra el suelo. Los huesos ceden, las paredes musculares se rasgan. Los globos oculares estallan fuera del craneo. Pulmones encharcados. Venas rasgadas. Huesos machacados. Una asquerosa masa espesa y con trozos en el suelo. Una mancha inerte. Pastel de pescado.
Que ardan todos los bosques del mundo, que mueran todos los ninos famelicos, que los violadores campen a sus anchas, que la amnistia se declare a todos los presos del mundo. Que ardan los cadaveres resecos de los animales de ganado abandonados. Que el caos invada la tierra.
Todo porque yo he tenido que reescribir un post.

sábado, noviembre 18, 2006

Chinos

En una de mis escapadas del hostal de mi dueno, cometi el error de meterme en Chinatown. Para los que no sepan como son las tiendas de comida chinas, he aqui una foto descriptiva:

Para un ser humano minimamente sensible ya es una vision suficientemente repugnante. Imaginense lo que es para un hamster andar por el suelo humedo de un barrio de chinos y ver animales despellejados, tostados y coloreados colgando de unos garfios. Es como si ustedes fueran paseando tranquilamente y vieran enormes elefantes con las tripas al aire balanceandose tiesos y crujientes sobre una fuente llena de sus propios fluidos.
No es agradable. En esencia es el mismo problema. Reconsideren lo que ponen a la vista de todos, por favor. Y no sean cinicos y se defiendan diciendo que esto lo hacen solo los chinos. Las carnicerias de cualquier pueblo tiene conejos abiertos en canal colgando en el mostrador. Lenguas de vaca peludas y blanquecinas. Higados de cerdo fileteados empapados en sangre.

Infiltrado

Los posts de esta semana van a tener problemas tecnicos. Mi estupido propietario me ha traido a Londres con el, sin saberlo: me he colado en su equipaje. Soy un roedor listo, se lo recuerdo. Si ya he tenido que hacer milagros para conseguir un ordenador con conexion a Internet aqui, no se me pongan ahora exigentes y vengan a quejarse porque falta cierta letrita o no hay acentos. Soy un hamster que ha conseguido viajar a otro pais sin que nadie lo sepa, salir de la habitacion -asquerosa hasta para mi- de su dueno, conseguir un ordenador y escribir tres posts, incluyendo este. Vamoshombrevengaya.
Pues eso, que no me exijan demasiado, sean clementes. Me voy que la gente empieza a volver de tomar el te. Un saludo.

domingo, noviembre 12, 2006

Danza

De todas las extrañas costumbres que tenéis los humanos hay una que me llama especialmente la atención: el baile. Cuando veo a alguien bailar por televisión no puedo evitar preguntarme qué os empuja a moveros así. A la mayoría da asco verle bailar, reconocedlo, pero hay deliciosas excepciones. Yo personalmente me quedo con tres:
1: Los borrachos.
Dan verdadera pena, pero más penoso es que haya más gente en el escenario que en el público.

2-El breakdance.
El estilo de baile por excelencia. Arte, puro arte.

3-El enano imitador de Michael Jackson.
Esto no es arte, es una obra de Dios.

Críticos

Los buenos críticos, los verdaramente buenos, son viejos. No son jóvenes al menos. Os diré el porqué.
Pongamos el cine como ejemplo. Para ser buen crítico de cine, para analizar bien una película, hay que saber de cine. Para saber de cine, hay que ver o hacer cine. Ambas mejor. Los críticos, en principio, no hacen cine. Por tanto, para saber mucho de cine hay que ver mucho cine. Mucho. Es una dificultad pequeña en relación a la que se enfrentan los críticos de otras artes: el cine tiene 100 años de vida; la pintura, miles. Si quieres ser buen crítico de cine y rondas los 30 tienes que haber invertido un porcentaje importante de tu tiempo viendo películas. A razón de dos o tres pelis al día, en un año verías alrededor de mil títulos. Un buen crítico ha visto bastantes más. Para ver 2000 pelis, viendo una al día necesitarías 5 años y medio. ¿Quién ve una peli todos los días durante 5 años y medio? La gente que no tiene vida. Como los que juegan al World of Warcraft. Si eres viejo, puedes bajar la tasa de pelis/año y acabar viendo las mismas en más tiempo. Así que si eres un crítico viejo, has tenido más tiempo para dedicarlo a otras cosas. Para hacer lo que no hacen los que juegan al World of Warcraft.

Es obvio que alguien que se pasa tanto tiempo viendo pelis se ha privado de muchas cosas. Por lo menos de algunas importantes. Y es obvio que alguien que nunca se ha enamorado, que nunca se ha emborrachado, que nunca se ha peleado, que no viaja, que come siempre lo mismo, que no sale de la ciudad, alguien que no ha hecho ese tipo de cosas tiene un campo de visión o de interpretación muy limitado. Alguien que no ha estado en Los Ángeles no puede ver Chinatown y decir que "capta perfectamente la esencia de la ciudad". Por ejemplo. Y hacer ese tipo de cosas y ver una peli TODOS los días es incompatible.

Por eso los que juegan al World of Warcraft nunca serán grandes críticos.

Ratónpolis

Casualidades de la vida. La semana pasada me quejaba de las caricaturas que se hacen de los roedores en las películas y hoy me encuentro con que van a estrenar otra peli protagonizada por ratones. He visto la noticia en Blogdecine.com y, al margen de la pésima pinta que tiene la peli en cuestión, creo que es positivo y justo el protagonismo que estamos cobrando en el séptimo arte. Ya era hora, señores productores.

lunes, noviembre 06, 2006

Blanco

Me estoy quedando blanco. No en blanco. Blanco. Mi pelo, que normalmente es gris metálico se está volviendo blanco lechoso. Más concretamente, del color de la leche desnatada, con los mismos rebordes oscuros (símbolo inequívoco de que ha sufrido un proceso químico agresivo). ¿Acaso me estoy muriendo? ¿Acabo de cumplir 6 meses y ya me quieres arrancar de este mundo, eh Dios? Pienso pelear por mi vida, cabronazo. No eres el primero que lo intenta y no serás el último. Detrás mío, de la cloaca de mi madre salieron otras 6 criaturas pegajosas y rosadas. Ser el que primero abrió los ojos facilitó mi labor de acabar con sus vidas. Porque madre sólo hay una y sus pezones son limitados. Además, ¿habéis mamado alguna vez de un pezón usado? Es como comerse un chicle ya masticado, beberse el culo del cubata de un desconocido o usar el tenedor que el amigo halitósico de tu hermano uso para comer pescado... anteayer. Con tropezones y sin lavar.
Que no os engañe mi imagen sofisticada y cosmopolita, soy un hamster de mundo. Sé lo que es un buen vino, pero también sé lo que es la peor de las mierdas. Literalmente. Al mes de nacer -y poco antes de que mi incompetente dueño se me llevase- mi padre tuvo el peor ataque de diarrea que se haya visto sobre la faz de la tierra. El término "escopeta de chocolate" se creó para definir sus expulsiones. Y os recuerdo que los hamsters dormirmos donde cagamos.
Por eso, maricón, no voy a dejarme matar con un ataque de halopecia o despigmentación. Yo moriré como mueren los héroes: abatido por la policía en pleno ejercicio de mis derechos ciudadanos. Y al mismo tiempo follando. La combinación, un tanto extraña, limita mis opciones a llevarme a la mujer de algún policía a la cama. Pero nadie dijo que ser un héroe fuese fácil.

Joder qué tarde es.

domingo, noviembre 05, 2006

Estereotipos

Primero mirad esto y luego seguid leyendo.



Ja ja ja, muy gracioso, ¿no? Pues no, señores, ni puta gracia. ¿Por qué los roedores tenemos que ser siempre mongoloides, cobardes o desgraciados en las películas? ¿Es esa la impresión que os damos? Los roedores -algunos más que otros- tenemos estilo, inteligencia y habilidad sin parangón. Quizá, no lo negaré, seáis vosotros, humanos, el paradigma de ser racional, la cima de la evolución. Pero recordad que las medicinas que os protegen de enfermedades, os alivian el dolor y os producen erecciones fueron antes probadas en animales, en grandes animales como las ratas, los cerdos y los monos. Por algo será. En algo nos pareceremos al mejor de todos los animales, ¿no? Pues eso.
Entonces, ¿por qué perpetuar el estereotipo de animal bobalicón? Es una vagueza creativa y un escándalo moral, no hay excusas que valgan. Todo no vale cuando el objetivo es hacer reír.

Además, ¿por qué os cebáis con nosotros y no, por recurrir a uno de los animales antes citados, con los cerdos? Ahora mismo sólo recuerdo dos personajes porcinos de la cultura popular:
Babe, el cerdito valiente y Porky. Babe tenía un transtorno psicológico grave, pero representaba valores tradicionalmente positivos. Porky era tartamudo, pero buen tipo, qué caray.
Sin embargo, ¿qué tenemos los roedores? Esta puta rata que se juega la vida por una mierda de bellota. O cientos, da igual. El Ratoncito Pérez, un fetichista de los dientes que tontea con niños para conseguir su ansiada mercancía. No quiero saber qué se supone que hace luego con los dientes. Hacerse unas bolas chinas de marfil, por ejemplo. No me hagan hablar de Chip y Chop, por favor.

Una luz de esperanza brilla no obstante entre tantos nubarrones. No queda mucho para que estrenen
una película protagonizada por ratones. Es poco probable que, siendo todos los personajes de la película ratones, sean todos subnormales. No funcionaría bien en taquilla. Así que, por lo menos, no veré a los míos rebajados a la altura intelectual de estudiantes de Magisterio Musical (Ver también: Educación Infantil. Ver también: Comunicación Audiovisual). Pero tiempo al tiempo.

domingo, octubre 29, 2006

Perspectiva

Sé lo que piensas de mí. Es un hamster, vive en una jaula y vive porque yo le permito vivir. Basta con que no le rellene el comedero esta semana para que acabe muriendo. Basta con que no le rellene el bebedero para que muera deshidratado. Joder, basta con que abra la puerta de su jaula para que mi perro se lo coma. Esta insignificante forma de vida, que caga y mea en el mismo sitio donde duerme, esta bajo mi pie. Si yo quiero, desaparece.
Así que a tus ojos soy un bichejo insignificante. Algo que no merece más que los cuidados mínimos, los justos para que ocasionalmente te haga reir. Cayéndome desde el piso de arriba. Volcando al bajar de la rueda. Intentando coger trozos de pan a través de los barrotes. De esta forma hinchas el pecho y levantas los hombros. La espalda recta.


Y no pareces darte cuenta de lo patético que resulta. La comida que le das a este bicho indefenso e inofensivo cuesta 7 euros el kilo. Son semillas y cereales. Un paquete de tus cereales cuesta 2 euros. Mi comida no tiene conservantes artificiales, emulgentes E-230 ni glutamato monosódico. Mi comida es natural.
Duermo 12 horas al día; tú te alegras si consigues dormir 6. No necesito nada más que un refugio y comida para ser feliz. Tú te quejas porque no tienes dinero para ir al circuito de karts. Para ir al cine. Y sigues creyendo que, de alguna forma, no soy nada. Vivo solo y no tengo amigos ni novia porque no los necesito, soy feliz así. Tú te pegarías un tiro o te volverías loco.

Yo no puedo fracasar en la vida, porque vivirla es mi triunfo. No moriré arrepentido por no haber hecho lo que en realidad quería o por no haber conseguido lo que deseaba. Tú tienes miedo de no ser bueno en lo que quieres hacer, de que trabajar duro no sea suficiente y de darte cuenta, algún día, de que has estado perdiendo el tiempo.

Y aún así sigues riéndote cuando tropiezo.

martes, octubre 24, 2006

Flexibilidad

En el reino animal hay criaturas singulares con habilidades sorprendentes. El pez arquero abate a sus presas con un chorro de agua. La raya eléctrica produce descargas de hasta 2000 voltios. Los elefantes se comen las heces de otros elefantes para aprovechar ciertas sustancias que ellos mismos no producen. El ser humano -algunos seres humanos- ha intentado imitar estas y otras muchas habilidades, a veces incluso superando al animal imitado.

Pero lo que un humano nunca podrá igualar es la flexibilidad de un hamster. Concretamente la flexibilidad de la espalda de un hamster. Por ejemplo:



Oh, sí, es bastante flexible. Pero al lado de un hamster esta niña tiene la flexibilidad de una barra de acero. ESTO es flexibilidad:




Y sí, ese soy yo. Fue cuando mi dueño me compró, no estaba acostumbrado a la jaula, había mucha luz y estaba cegado, no calculé bien la distancia... Lo más doloroso es que mi bebedero le costó más caro que yo.

domingo, octubre 22, 2006

Meditaciones metafísicas

Sí, soy un hamster, pero imaginemos por un momento que soy Descartes y que voy a cuestionarlo todo. Según mis intereses, por supuesto. ¿Por qué un hamster tiene un blog? Porque tiene la capacidad y la oportunidad.

Capacidad:

  1. Soy increíblemente inteligente, para ser un hamster quiero decir.
  2. Algún señor inventó una cosa llamada blog y algún otro señor creó esta cosa del Blogger para que otros señores hicieran blogs.

Oportunidad:

  1. Mi dueño tiene ordenador con conexión a Internet.
  2. La casa de mi dueño suele estar vacía bastantes horas al día, por lo que puedo rondar por ella libremente.

Dadas la capacidad y la oportunidad, ¿qué interés tiene un hamster en escribir un blog? Ninguno. Entonces, ¿qué necesidad tiene un hamster de escribir un blog? Y ahí es donde se pone en duda si soy un hamster o no.

Mierda, tengo que irme, alguien está abriendo la puerta de casa.

Por cierto, mi nombre es Chanchito. Happy Chanchito.